Por Aaron Aser Saldívar
A lo largo de la historia el hombre ha creado herramientas necesarias para llevar a cabo actividades como las la caza, la pesca, la agricultura en la búsqueda de un utensilio cada vez más completo y útil. Todos estos inventos han evolucionado hasta convertirse en los artefactos que hoy tenemos usamos día a día.
De igual manera los instrumentos musicales
se han trasformado con el paso de los años, estos han cambiado desde su forma
hasta su timbre formando extensas familias que se distribuyen en todo el mundo.
Como muchas especies vivas han desaparecido sin dejar rastro del planeta, se
han perdido en la historia o simplemente han evolucionado tan rápidamente que no vale la pena buscar mayor información
sobre los prototipos fallidos de un instrumento llevado a su máximo esplendor.
Otros han perdurado por siglos debido a su
complejidad y perfección, como primer ejemplo tenemos el piano forte; pero
también, por su sencillez muchos instrumentos subsisten tal y como fueron concebidos.
El arpa de boca (también llamada pico de boca, berimbau, trompe, murchanga etc.)
es uno de los instrumentos más viejos conocidos, el primer registro que se
tiene de este es una pintura que data del siglo IV a. C.. Su origen exacto es desconocido,
posiblemente sea oriental ya que las arpas de boca más antiguas de han hallado
en el territorio de la actual China y sus países aledaños.
Para producir el sonido se mantiene firmemente El bastidor contra los dientes o los labios (dependiendo del tipo) entreabiertos del intérprete, se usa la mandíbula y la boca como un resonador, aumentando el volumen del instrumento. Los dientes deben estar suficientemente separados para la caña vibre libremente, y las partes carnosas de la boca no deben entrar en contacto con la caña para evitar la amortiguación de las vibraciones. La nota producida es constante, aunque cambiando la forma de su boca, y la cantidad de aire contenido en ella, el ejecutante puede causar diferentes matices al sonido y por lo tanto crear melodías.
Para producir el sonido se mantiene firmemente El bastidor contra los dientes o los labios (dependiendo del tipo) entreabiertos del intérprete, se usa la mandíbula y la boca como un resonador, aumentando el volumen del instrumento. Los dientes deben estar suficientemente separados para la caña vibre libremente, y las partes carnosas de la boca no deben entrar en contacto con la caña para evitar la amortiguación de las vibraciones. La nota producida es constante, aunque cambiando la forma de su boca, y la cantidad de aire contenido en ella, el ejecutante puede causar diferentes matices al sonido y por lo tanto crear melodías.
Es un instrumento altamente versátil, es
fácil encontrarlo en la música carnática, música tradicional turca, música
sindhi; así como en géneros más modernos e incluso en música clásica occidental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario